02 Abr Ascensión Abella celebra sus Bodas de plata
La hermana Eva Ascensión Abella Olmos conmemoró el domingo de pascua, 1 de abril, sus bodas de plata. La eucaristía de acción de gracias se celebró en la capilla del colegio de la Avda. del Cid a las 17h. A la celebración, presidida por el padre Olbier, asistieron las hermanas de las comunidades de Valencia, sus familiares y amigos, algunos miembros de MFA y de la asociación de esclerosis múltiple.
Ascensión nació el 31 de octubre de 1972. Estudió en el colegio Pureza de María de el Grao y entró como postulante el 16 de octubre de 1989. Después de realizar el postulantado y el noviciado profesó sus primeros votos el 24 de abril de 1993. Después de 25 años como religiosa da gracias a Dios por su vida en Pureza de María.
Acción de gracias de Ascensión
La hermana Ascensión, a través de la acción de gracias, de sus Bodas de Plata comparte con nosotras su experiencia:
Señor después de 25 años entregada a Ti, un día como hoy tengo muchas cosas que agradecerte. En estos años has puesto a personas maravillosas en mi camino, de ellas he aprendido mucho y gracias a ellas ahora soy lo que soy.
Roma
En primer lugar, Señor, quisiera agradecerte los años que viví en Roma. De manera especial, gracias por San Juan Pablo II, persona que me marcó en la vivencia de la JMJ en Santiago de Compostela, y por la Madre Teresa de Calcuta. Ellos fueron referentes en mis primeros años de consagración y me concediste el regalo de poder conocerlos, en Roma, ciudad de primer destino. De ellos aprendí el entusiasmo, la alegría, la ternura, la sencillez, la entrega y la firme esperanza de saber que junto a Ti, se puede superar cualquier tipo de dificultad. Poniendo corazón en todo lo que hacemos.
Sant Cugat
Gracias también, Señor, por mis años en Sant Cugat. La hermana Socorro junto con la Comunidad me acompañaron en un año muy importante para mí, 1999. En ese año hice mis votos perpetuos y te di mi sí definitivo. De ella aprendí a tratar a las personas, su modo de hacerlo era exquisito. Me guió en mis primeros años de docencia, dándome recursos para poder llegar mejor a mis alumnos. Aprendí de su espiritualidad y sencillez, era una enamorada de Jesús y lo irradiaba en todo lo que hacía. También te doy gracias por los años de Universidad junto a mis compañeros y profesores, con los que compartí anécdotas que todavía recordamos cuando nos encontramos.
Mallorca
Después de Sant Cugat vino el destino de Madre Alberta, seis años de los que te agradezco: mis vivencias en el Colegio, el Terceronado y la oportunidad de poder hacer el Camino de Santiago junto a otros jóvenes y catequistas de la diócesis. Para mí el Camino fue una parábola de la vida, con momentos de gozo, alegría y de compartir pero también de dificultades, cansancio y dolor que se superaron con la ayuda de tu presencia que no abandona y con los compañeros de camino que te alientan a seguir adelante, esas estrellas que nos vas poniendo y que nos van guiando para poder llegar a Ti.
De Manacor, te agradezco especialmente la comunidad de aquel entonces y las personas con las que traté durante esos años. Personas con las que caminé y compartí 6 años de mi vida. De ellas me enriquecí y son parte de lo que soy ahora.
Panamá
De mis años de Panamá, te doy gracias por las hermanas y otras personas que conocí. Sólo estuve tres años pero fueron toda una bendición y un regalo. De ellos me llevo su alegría, positividad, ganas de vivir, su profunda espiritualidad y la gratuidad de su amistad. Sobre tu altar los pongo para que los sigas bendiciendo. Ellos ya van conmigo.
Valencia
Después de Panamá, me devolviste al punto de partida, Valencia, y a este querido Colegio de la Avda. del Cid. En él estoy viviendo otra etapa de mi vida y una nueva manera de entregarme a los demás. De estos años te agradezco los niños de refuerzo. Gracias por poder acompañarlos en sus retos, que también son los míos; por los momentos compartidos a través de tu Palabra en cada lectio divina. Gracias por los momentos vividos junto a ellos, alumnos, profesores, personal, hermanas y MFA porque ellos son ahora mi apoyo y compañeros de camino, de los que sigo aprendiendo, toda una bendición.
Al mismo tiempo, cómo no agradecerte la ayuda que está suponiendo para mí la Asociación de Esclerosis Múltiple. Gracias, Señor, por haberlos puesto en mi camino. Ellos me acompañan en mi proceso de integrar la E.M. como compañera de camino y abrazar cada uno de los cambios que se van incorporando en mi vida.
Por último, gracias por mi familia, lugar en el que crecí en la fe y cuna donde empecé a crecer como persona. Allí viví acompañada por mis compañeras de colegio, profesores y hermanas del Colegio de la Pureza del Grao. Gracias por ellos y sobre todo por mi padre, que hoy desde el cielo también nos está acompañando en esta celebración y del que tanto aprendí.
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