Pasos de la Causa de Beatificación y Canonización de M. Alberta
- El Proceso Diocesano se inició en Palma en 1957 con los preparativos para recoger toda la información y la constitución de un Tribunal; en 1960, el Obispo de Mallorca introdujo la Causa de Beatificación y Canonización, con el Proceso Informativo ordinario que se cerró en 1963.
- El Proceso Apostólico comenzó en Roma en 1959 con el estudio de los escritos de M. Alberta. En 1965 salió a la luz el Decreto favorable sobre los escritos de la Madre, y el 7 de octubre de 1972 se introdujo la Causa.
- Se proclamó a la Madre Venerable en 1986 reconociendo públicamente la Heroicidad de sus Virtudes, que es lo mismo que decir, que la Madre vivió en grado heroico, durante toda su vida, las virtudes cristianas.
- La reunión de Teólogos para reconocer sus virtudes tuvo lugar el 26 de febrero de 1985.
- La reunión de Cardenales para reconocer la heroicidad de sus virtudes tuvo lugar el 25 de febrero de 1986.
- El Papa Juan Pablo II firmó el decreto reconociendo la Heroicidad de las Virtudes de Madre Alberta el 22 de marzo de 1986.
- Actualmente, se está a la espera de la aprobación de algún milagro que favorezca la aprobación de la beatificación de la Madre.
En el Decreto de la Congregación de las Causas de los Santos, firmado por el Papa en 1986, con el que se reconocieron las virtudes de fe, esperanza y caridad con Dios y con el prójimo; y también las cardinales de prudencia, justicia, templanza y fortaleza y las anejas a ella, que en grado heroico había vivido Madre Alberta, leemos:
“…demostró fortaleza de ánimo, sencillez de consejos, especiales dotes de mando, constancia en la acción, aceptación de las adversidades, eximias virtudes para educar, espíritu de madre y confianza en la Providencia y en la gracia divina. Quiso que su Colegio fuera el primero en los métodos de educación y en la novedad de los medios didácticos, y trabajó con todas sus fuerzas para que su orientación siguiese criterios verdaderamente católicos y fuera camino eficaz para conducir las almas a Dios. Observadora de las aptitudes de cada una de las alumnas, deseaba que todas adquiriesen una amplia y sólida cultura de inteligencia y alma para desempeñar lo mejor posible su futura misión en las familias y en la sociedad”.