28 Abr COVID-19 vivido desde América
Nuestra hermana Isabel Padilla, delegada de la Superiora General de Pureza de María en América, nos manda noticias desde Colombia, donde está pasando el confinamiento por el COVID-19.
Un ángel venezolano en Panamá
«Un buen día, saliendo de misa en la parroquia que solemos frecuentar en Panamá, se nos acercó un señor diciendo que quería hacernos una donación, que si le podíamos explicar quiénes éramos y cuál era nuestra misión. Ahí empezó una historia de encuentros y ayudas para nuestras misiones.
Hace poco, recibí un sms de Juan, así se llama, para decirme que quería transferirnos un dinero para que ayudáramos a enfermos de COVID-19. Le contesté que, gracias a Dios, no conocíamos enfermos. Pero, no mucho después hablé con tres hermanas de países diferentes en América, que me expresaron las enormes dificultades que estaba padeciendo nuestra gente a causa de los confinamientos y pérdidas de empleo.
Inmediatamente pensé ¡Juan! Le escribí que no conocíamos enfermos, pero sí víctimas de esta situación. Pocos días después tenía en la cuenta una primera donación. Un par de semanas más tarde, llegó la segunda. Inmediatamente se lo comuniqué a las hermanas y les pedí que me escribieran qué necesidades habían detectado.»
Repartiendo los dones
Nicaragua
La hermana Ana nos escribe desde la Providencia (León, Nicaragua), una de nuestras obras más necesitadas:
«Me da alegría contarte que ya terminamos el primer grupo de ayuda por el COVID-19, los de «pobreza extrema» en León. Lo hacemos a través del Programa » Desde mi casa…» con el que deseamos fortalecer, en MFA y en el Proyecto Libertad, la vinculación y conocimiento de los miembros con el entorno social más necesitado.
En el primer grupo se ayudó a 30 familias. Todo se organizó «on line» y cada uno recogió su paquete en la tiendecita del barrio. En él se les dio:
- 5 libras de arroz
- 3 libras de azúcar y 3 libras de frijoles
- 1 libra de queso duro
- 2 litros de aceite y 2 bolsas de pasta (espaguetis)
- 2 de pelotas de jabón y 2 jabones de baño
- 4 rollos de Papel Higiénico
Lo que yo no había previsto es que la señora de la pulpería, haría una foto por cada entrega. El comentario de Aracely (la que lo entregó) fue: «Hermana han tenido muy buen acierto en las personas que han elegido algunas lloraban, otras bendecían al Señor porque no tenían nada en su casa”.
Venezuela
Desde Cumaná (Venezuela) donde la situación social es muy difícil desde hace ya bastante tiempo, nos cuentan:
«Una de las ayudas más constantes que hacemos desde los colegios y desde la comunidad es con los medicamentos. El sueldo de un profesor es de unos 500.000 bolívares mensuales y un blíster con 10-20 pastillas de un medicamento genérico puede costar 200.000 bolívares. Tenemos mucha gente cercana con enfermedades crónicas o que deben estar controlados y medicados… y obviamente con esos sueldos y esos precios se hace imposible conseguir el medicamento. Por ello, la ayuda la destinamos a comprar medicamentos para ellos.»
La hermana Elena Azofra nos informa de que, en Caracas (Venezuela), con la primera ayuda, beneficiaron a familias necesitadas que tienen niños.
Otras hermanas han colaborado con alimentos, ayuda para poder seguir adelante con sus estudios en este confinamiento… y las urgencias que les han ido expresando. Es verdad que las necesidades nos desbordan, pero estos granitos de arena nos permiten, como me escribió la hermana Ana, aliviar a ese Cristo que tiende la mano como el pobre Lázaro. Además, nos alegra el corazón y nos invita a rezar con inmenso agradecimiento por tanta gente buena.
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