24 May Despedida de la hermana Victoria Egea
Gracias hermana Victoria Egea por tu misión en el continente americano
La hermana Victoria Egea, española de nacimiento, fue destinada al colegio de Bogotá en el año 1961. Después pasó a Nicaragua, Venezuela, de nuevo Nicaragua, Panamá y, por fin otra vez Venezuela. Lleva 58 años entregando su vida en nuestras obras de América.
Ha servido en la misión de Pureza de María como profesora, directora, superiora. Pero sobre todo ha sido HERMANA. Decir hermana Victoria Egea es decir sonrisa, entrega, buen humor, responsabilidad, servicio, disponibilidad. Desde el primer al último día, ha sido una mujer abierta a cualquier servicio que pudiera ofrecer.
En estos últimos años, la portería, las fotocopias, la ropa, la cocina, los recados y las muchas colas que hay que hacer en Venezuela para conseguir cualquier cosa han sido su ocupación. Y en medio del ajetreo de tantos años, ha sabido tocar el corazón de la gente, para todos ha tenido siempre una palabra, un consejo. Salir con ella a la calle es volver con un nuevo amigo.
Empieza un nuevo camino
Ahora, regresa a Europa con un nuevo destino: Roma. Lo recibe con ilusión pero también con la nostalgia de dejar una tierra que ha derrochado en ella acogida, apertura a sus proyectos y, sobre todo, mucho cariño.
Como ella dice: «Dios tiene sus momentos» y éste es el suyo.
Las hermanas de América quisieron agradecerle tantos años vividos juntas en la Pureza y le hicieron una despedida en Roca Viva, en el colegio de Caracas donde ahora está destinada. Aprovecharon la Reunión de Superioras de América para que estuvieran representadas todas las hermanas. El homenaje consistió en una comida, un regalo y un derroche de cariño y agradecimiento. Finalizaron el día con un canto del Magníficat por tanto bien recibido.
Las hermanas le regalaron una medalla de la Virgen de Guadalupe. Esperamos que le acompañe siempre.
¡Lleva América en tu corazón que en el corazón de América te quedas!
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