Fallece la H. María Escrivá

Fallece la H. María Escrivá

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Nuestra hermana María Escrivá Gregori falleció en la comunidad del colegio Madre Alberta el 25 de marzo de 2025, festividad de la Anunciación.

Pinceladas de su vida

La H. María Escrivá nació en 1927 en el pueblo de Fuente Encarroz, Valencia.
Comenzó su andadura en la congregación Pureza de María sin cumplir los 17 años. Inició el postulantado en Son Serra el 1 de julio de 1944. Y, el 10 de marzo de 1946 profesó sus primeros votos de pobreza, castidad y obediencia. Más tarde, el 10 de marzo de 1951, profesó sus votos temporales en el colegio de Bilbao. Vivió la gran bendición de celebrar sus bodas de plata, oro y diamante en la congregación. Las primeras bodas las celebró en Madrid, en 1971, y las dos últimas en el colegio de Inca, en 1996 y 2021 respectivamente.

Desde su ingreso a la congregación en su juventud, la Hermana María Escrivá trabajó incansablemente en distintas misiones. Colaboró en el servicio de portería, en el cuidado de la casa y de la ropería. También se ocupó del cuidado de las enfermas de la comunidad y de la sacristía. Impartió catequesis de comunición en 1º y 2º de Educación Primaria y brindó apoyo en Infantil. A lo largo de su vida religiosa, estuvo destinada en Casa Madre, Bilbao, Madre Alberta (España), Madrid, Avenida del Cid e Inca. Su compromiso con los valores cristianos y su incansable labor dejaron una huella profunda en quienes tuvieron el privilegio de conocerla.

Agradecimientos

La congregación agradece a Dios la vida de la Hermana María Escrivá y el regalo de su ejemplo de vida. Su partida deja un vacío en los corazones de quienes la conocieron, pero su legado de amor y entrega permanecerá vivo en cada acción de generosidad y servicio que continúe inspirando.


“La H. María fue una religiosa alegre, sencilla, entregada… Entró en la congregación a los 16 años y medio, y como ella decia, le fui fiel para toda la vida.
Casi 80 años de vida religiosa entregada, hasta el último minuto, siempre sirviendo a los demás: En la portería del colegio, con los más pequeños, de sacristana en la capilla del colegio y de comunidad, siempre pendiente y detallista con las hermanas… siempre con una sonrisa, con ese carácter jovial y descomplicado que tanto la caracterizaba.
Siempre destacó por ser una gran costurera, pero sobre todo en esta última etapa de su vida gran parte de su tiempo libre lo dedicaba a coser purificadores, que luego entregaba a la Madre General “para que los repartiera a aquellas comunidades que más lo necesitaban…” Así fue Nuestra H. María, Marieta como la llamábamos cariñosamente, fiel en lo cotidiano de cada día, haciendo de lo pequeño y sencillo algo grande.”

H. Mónica Muñoz.


Que la Virgen de la Pureza, ejemplo de aceptación de la voluntad de Dios, acompañe a nuestra hermana de su mano; y que la H. María Escrivá, nos siga cuidando desde el Cielo.

 

 


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