Fallece Rosa Esplugues

Fallece Rosa Esplugues

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Nuestra hermana Rosa Esplugues Guerola falleció el pasado 8 de julio en la comunidad del colegio de Ontinyent. En el momento de su tránsito estaba acompañada de su comunidad que tanto la quería.

Biografía de Rosa Esplugues

Nuestra hermana Rosa Esplugues nació en Agullent (Valencia) el 2 de junio de 1924. Inició su formación religiosa el 16 de octubre de 1943 y empezó el Noviciado el 25 de junio de 1944. Hizo su primera profesión el 2 de julio de 1945 y quedó destinada en la Casa Madre.

Durante su vida religiosa estuvo destinada en Casa Madre, en el Colegio Madre Alberta con sede en Vía Alemania, Bilbao, Jardines de la Infancia de Valencia, en la Casa Noviciado de Son Serra, Barcelona, la Casa Noviciado de Son Serra, elColegio Madre Alberta con sede en  Son Rapinya, Madrid y Ontinyent.

En su misión como cocinera de diferentes colegios y comunidades siempre supo satisfacer tanto a las alumnas como a las hermanas.

Los últimos años de su vida transcurrieron silenciosamente en el colegio de Ontinyent. En él aportaba su granito de arena para crear un ambiente agradable en el colegio y la comunidad. Poco a poco en los últimos años se fue apagando, como una vela que se consume, pero seguía ofreciendo a los demás esa sonrisa que la caracterizaba.

Mujer orante

«Se ha ido una santa». Esto fue lo que pensé al leer la noticia de la muerte de nuestra hermana Rosa Esplugues,  justo antes de llorar. Los años que conviví con ella fueron un regalo: era una persona silenciosa, entregada, detallista 100%, atenta, con una sonrisa siempre en el rostro, delicada y cercana a todos, en especial a los más débiles. Al mismo tiempo era una mujer con carácter, que supo limar y transformar en infinita paciencia y ternura.

Se nos ha ido una mujer orante, una mística, una hermana contemplativa y enamorada de Dios. Ojalá, en algún gesto me parezca yo a ella. Gracias Rosita por el regalo de tu presencia en mi vida.»

H. Candelaria Pérez Cejas

Esplugues,-Rosa


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1 Comment
  • María Paz Bonnín
    Posted at 16:35h, 13 julio Responder

    Doy gracias por su vida, su presencia, su sonrisa cálida, dulce y acogedora hasta el último momento. Gracias, hermana Rosa, por ser rostro y casa de Dios para los demás.
    Estos días siento que estás cerca de todos nosotros, como siempre, y que intercedes por los que tuvimos el regalo de encontrarnos contigo. Sigues aquí, porque el testimonio de tu vida es para siempre. Cuídanos desde la casa del Padre.
    HMPB

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