02 Feb ¿FAROS O PUNTOS DE LUZ?
A lo largo de los años, he sentido alguna vez la luz iluminadora en las noches oscuras. Una luz que me ha despertado de un largo letargo, para hacerme dar un salto de fe en los momentos de desolación.
Pero la mayoría de veces, no han sido faros potentes, altísimos, en lo alto de las preciosas rocas… Han sido puntos de luz perceptibles en el silencio, en una mirada, en una caricia, en una mano amiga, en un gesto de ternura, de esas personas que pasaron a veces casi de puntillas cerca de mí, dejando su luz… como esa purpurina que se nos queda pegada después de un trabajo con niños coloreando sus disfraces.
¿Faros o puntos de luz?
Puntos de luz que me señalaban el camino poquito a poquito. Puntos de luz que anunciaban cambios en mi interior, o que animaban el ritmo monótono del rutina diaria o me hacían recordar esos momentos pasados con las personas que portaban en sí el brillo que desprendía toda su esencia.
No ha habido muchos faros deslumbrantes, aptos para arriesgados navegantes, pues a veces, el cansancio hace que me quede con mi barca varada en la orilla de la playa y no divise la señal luminosa del faro.
Dedico estas líneas
Por eso, estas líneas van dedicadas a esos puntitos que han ido marcando mi recorrido. Un camino lleno de veredas o sendas desconocidas. Ahí, en el silencio, he descubierto la luz diminuta que ilumina mis pasos pequeños y a veces temerosos.
Esos puntos de luz que han llenado mi vida como si fuera una noche estrellada, como ese cielo que ponemos en el Belén y al que añadimos estrellitas para darle resplandor.
Esos puntos que descubro en cada momento, sin grandes fogonazos, pero que son mis puntos de apoyo para seguir adelante. Sin ser nada más que un puntito de luz, junto a otro puntito y a otro…
Dios en mi vida
Cada puntito me descubre el camino a la verdadera luz iluminadora de ese Dios que se hace pequeño.
Bendito, Dios, que me has ido dejando señales de tu Luz verdadera en tantas personas que marcaron mi existencia con el brillo de tu luz que llevaban dentro.
Gracias por esos puntitos que han jalonado mis años, de pequeños toques de luz, para ver las señales de tu presencia en todos los caminos, hasta llegar a ti, LUZ del Mundo.
H. María Jesús Diez.
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