Peregrinación a Roma, una nueva experiencia

Peregrinación a Roma, una nueva experiencia

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Este verano 2024 ha comenzado la nueva experiencia Peregrina a Roma. Los primeros testimonios de la peregrinación ya nos van llegado. Esperamos que disfrutéis con ellos.

Crónica de la peregrinación

El 26 de julio nos reunimos un grupo de Pureza de María en el aeropuerto de Roma con el objetivo de iniciar una peregrinación. Nada más llegar, fuimos recibidos por las Hermanas con los brazos abiertos. Nos acogieron con mucho cariño y hospitalidad
haciéndonos sentir como si estuviéramos en nuestra propia casa. El carisma de Madre Alberta se hizo presente desde el primer momento.

La Hermana Inmaculada Morenza fue nuestra guía espiritual y cultural, con ella descubrimos los lugares de Roma más emblemáticos para los cristianos. Empezamos el recorrido la misma tarde de nuestra llegada con el audiovisual titulado “Welcome to Roma”. A través de sus imágenes adquirimos una primera impresión sobre la historia de la capital
italiana. A continuación, paseamos por algunos rincones simbólicos como la plaza de España, la plaza Navona, el Panteón, etc.

Al día siguiente, empezamos en la capilla de la casa con una oración para fortalecer la fe, la esperanza y la caridad, hilo conductual de nuestra peregrinación. También contamos con la compañía de las Hermanas Marta Lozano, Geraldine Navas y Gaby Montenegro. Ellas fueron una ayuda fundamental durante la jornada ya que nos dieron directrices y consejos prácticos
de gran valor para circular por Roma. Nos impactó la grandiosidad y el significado de San Pablo Extramuros, así como la historia que envuelve las catacumbas de San Calisto. La experiencia se completó con la catequesis de la Hermana Inmaculada sobre San Pablo y su conversión. Al mediodía comimos en el Trastevere y recorrimos el barrio judío. Por la tarde asistimos a una meditación guiada en la Iglesia del Gesú donde se encuentra la tumba de San Ignacio y cuya espiritualidad acogió la Madre. Finalizamos la jornada lanzando una moneda a la Fontana de Trevi con la esperanza de volver algún día.

El domingo, a pesar de tener que madrugar mucho nos levantamos llenos de alegría e ilusión para vivir intensamente todo lo que ese día nos tenía deparado. Entramos en los museos vaticanos y contemplamos la grandiosidad de la Capilla Sixtina. Nos conmovimos al asistir al Ángelus del Papa y al entrar en la Basílica de San Pedro quedamos impresionados por su belleza y majestuosidad. También, tuvimos la oportunidad de confesarnos y de participar en la Eucaristía de esta manera conseguimos la indulgencia plenaria. Ese día nuestro grupo se multiplicó con la presencia de un matrimonio y un jesuita colombianos, haciendo realidad la lectura evangélica de esa jornada: la multiplicación de los panes y los peces. Además, tuvimos la suerte de que el sacerdote que nos acompañaba concelebrara la misa a la cual asistimos.

El lunes fue duro debido a las altas temperaturas y al cansancio acumulado, pero el ánimo de la Hermana Inmaculada nos dio las fuerzas suficientes para poder disfrutar del Coliseo, Foro romano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y la plaza del Popolo.

El último día tuvimos tiempo para dar un último paseo por Roma y visitar alguna pequeña iglesia como la que tiene expuesta el Éxtasis de Santa Teresa. Allí rezamos una pequeña oración de la Santa que se ha convertido en el recuerdo siempre presente de nuestra peregrinación.


Esta experiencia de fe ha dado muchos frutos en cada uno de nosotros. Han sido muchos los momentos compartidos de oración guiados por la Hermana Inmaculada que ha sabido darnos a cada uno lo que necesitábamos. También, hemos conocido a personas maravillosas que nos han abierto su corazón y su casa. Además, hemos tomado conciencia de que la fe llega lejos y nos hemos sentido miembros de la gran familia de
la Pureza. Esta peregrinación ha sido maravillosa porque hemos crecido en la fe, la esperanza y la caridad. Su recuerdo permanecerá para siempre en nuestros corazones.

No queremos acabar sin dar las gracias a la Hermana Inmaculada por su gran implicación, por haber estado pendiente de cada uno de nosotros y por habernos animado en todo momento. Asimismo, queremos agradecer a la Hermana Rocío, superiora de la comunidad de Pureza de María en Roma, por su cariñosa hospitalidad y a las Hermanas Marta, Geraldine y Gaby por su alegría y atención.

Confiamos en que esta peregrinación sea el inicio de muchas más.
¡¡¡Hasta la próxima!!!

Equipo Peregrino
Loli Caballero, Manuel Lozano, Constança Moner y Cristina Vives.


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