Un nuevo internado para Kanzenze

Nuevo internado en Kanzenze

Un nuevo internado para Kanzenze

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Proyecto de rehabilitación y ampliación de internado femenino

El proyecto REHABILITACIÓN Y AMPLIACIÓN DE INTERNADO FEMENINO EN ZONA RURAL KANZENZE (R.D. CONGO) tiene como objetivo la reconstrucción del Internado de Chicas Mère Alberta. El fin del proyecto es mejorar la oferta y las condiciones, ampliando las posibilidades de formación de las niñas y jóvenes, correspondiendo a sus intereses y a la demanda social.

El proyecto se realiza en dos fases. La construcción corre a cargo de la empresa APROCOM, dirigida por el Ingeniero Pascal Mukata Mayonde. La fontanería y la electricidad corren a cargo de la empresa AFRELBUILD dirigida por el Ingeniero Lucien Tshibal Yav.

La primera fase, en curso actualmente, ha sido subvencionada por el Ayuntamiento de Oviedo a través de la Fundación El Pájaro Azul y por un matrimonio de Toledo a través de la ONGD Manos Unidas. Las obras de esta fase empezaron el 24 de enero de 2020.

El antiguo internado estará operativo mientras se realizan los trabajos de la nueva construcción. Cuando concluyan las obras del nuevo internado, se demolerá el antiguo. En ese lugar, anexo a la nueva construcción, se creará un espacio lúdico, dependiente del Internado.

Construir, un verbo dinámico

«¡Construir! He ahí un verbo dinámico, que empuja hacia adelante. En Kanzenze se construye, construimos. Muros, personas, proyectos, ideales, sueños… Construimos ese mundo que, sin duda, soñamos. Construimos el futuro.

Un nuevo internado de chicas (11 a 20 años) comienza a mostrar su silueta mágica, lentamente, pero en un avance diario innegable, a pesar de la lluvia torrencial de nuestra estación que parece, en ocasiones, querer impedir lo nuevo, el cambio. Pero no, el arquitecto es serio y el equipo en buena cohesión y disciplina, los ladrillos prosiguen su ascensión y los vemos elevarse cada día. ¿No es esto la educación? Dirección, equipo, y una distribución ordenada de actividades y material que lleva a la ascensión constante y cotidiana de cada joven. Sabemos que no es obra de un día…

La gente que pasa mira, hace sus comentarios de admiración, asombro, crítica… las niñas también se interrogan, se interesan y preguntan. Las más mayores sobre la inauguración: ¿Cuándo será? ¿Nos avisarán y nos invitarán? Las pequeñas sonríen maliciosas sabiendo que ellas sí podrán disfrutar del cambio, ellas serán las protagonistas…

También piensan, pensamos, en los árboles caídos, sacrificados para dar paso a algo mejor, nueva vida. Algunas de las niñas han expresado su pesar por esa tala, pero conocemos nuestro compromiso, en dos años plantaremos 100 árboles nuevos, jóvenes, y los cuidaremos para que su impulso de crecimiento no se frustre y dé fruto.
Y así seguimos en Kanzenze, de momento trabajando en nuestro viejo y querido internado, donde tantas niñas y Hermanas de la Pureza han gastado tiempo, energía y vida, SE HAN DADO. No puedo dejar de subrayar con cariño el nombre de nuestro centro: Internado de niñas “MÈRE ALBERTA”.

Su voz, la voz de Madre Alberta, no cesa de repetir entre sus muros, con una sonrisa estimulante: “Estudien y trabajen mucho” (C. 368). Este año especialmente, toca nuestros corazones con fuerza: “La misión de formar corazones… ¡Cuán hermosa misión!” (C. 253), y siempre añade: “Con la protección de la Virgen Santísima, todo resultará bien” (C. 324) .

Cada ladrillo significa que el espíritu dinámico y generoso de la Madre está vivo en Kanzenze, en la Pureza.»

H. Begoña Portilla

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