Valencia sigue necesitando ayuda

Valencia sigue necesitando ayuda

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El Equipo Pedagógico de Europa tenía programada una reunión en Valencia los días 24 y 25 de noviembre desde el mes de agosto. Nada les podía hacer pensar cómo iba a cambiar la realidad en esa región. Con los billetes ya comprados y todo organizado, viajaron hacia allá.

En el orden del día incluyeron, en primer lugar, una visita a la zona damnificada por la DANA. Como Equipo Pedagógico quisieron hacerse presentes entre sus compañeros docentes. Pudieron hablar con directivos, personal de los centros, padres de familia.

Escucharles es estremecedor

“Necesitamos hablar, contar lo que estamos viviendo” les decía una directora de la zona afectada en Valencia.

Las vivencias son muchas:

“Estamos agotados, necesitamos apoyo” les decía el párroco de Catarroja, de quien dependen dos colegios diocesanos.

“No sabíamos si pedir voluntarios para quitar el barro del colegio porque éramos conscientes de que cada uno estaba atendiendo su casa, la de sus familiares o amigos. Nos atrevimos a lanzar una tímida invitación y el colegio se llenó con más de 100 voluntarios. Unos, personal del centro, otros padres de familia, exalumnos, vecinos… Cuando llevábamos muchas horas trabajando duro, pensamos que les tendríamos que decir que se fueran a comer a sus casas pues no teníamos nada que darles. En ese momento, llega ¡el repartidor del pan! No había pan en todo el pueblo. Distribuimos entre la gente, todos comimos y pudimos llevarnos a casa. El pan era un tesoro. ¿Podría haber sido algo más parecido a la multiplicación de los panes y los peces?”

“El día después de la tragedia, cuando todo a nuestro alrededor estaba inundado, repleto de barro… me atreví a ir a la parroquia dispuesto a ver lo peor. Abrí la puerta y ¡estaba en perfectas condiciones! No había entrado ni una gota de agua, cuando la plaza de la entrada estaba imposible. Empezamos a limpiar los alrededores y a ir familia por familia. En este momento sabemos exactamente qué necesita cada una de ellas: que le subamos la comida cada día, una mesa, 3 camas, una nevera, reconstruir una pared… Estamos esperando a que Cáritas nos dé dinero para repartir exactamente a cada uno lo que necesita”

Además de visitar, escuchar, llorar con ellos, les entregaron los materiales que se había recogido en el colegio del Grao donde, respondiendo a una solicitud que les llegó, han apadrinado a 4 centros gravemente afectados en Valencia. Agradecieron inmensamente lo que les llevaron, pero, sobre todo, el que tantas familias piensen en ellos y les ayuden y que el hecho de estar un tiempo a su lado escuchándoles.

Durante ese mismo fin de semana, seis profesoras de nuestro colegio de Granada estuvieron con las hermanas del Cid colaborando allí donde les pidieron ayuda. El saber que la Pureza está poniendo su granito de arena, nos llena de orgullo. Unos en la brecha, otros de lejos pidiendo donaciones, otros rezando, otros interesándose…

Para el equipo pedagógico fue una experiencia de vida que les impulsa a seguir pensando cómo seguir haciéndose cercanas. ¡Queda tanto por reconstruir, sobre todo en las personas afectadas!

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