“Llamadas a seguir a Cristo consagrado y enviado para revelar y comunicar a todos los hombres el amor del Padre, las Hermanas de la Pureza, atraídas por la fuerza de Su amor, nos ofrecemos en don total a Dios consagrándonos a Él, con el deseo de participar más intensamente en la vida de Cristo…” (Const. 15).