23 Ene XXV Congreso Interamericano de Educación
CIEC
La Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) convocó a educadores y directivos de la escuela católica en América Latina y el Caribe para la 25ª edición del Congreso Interamericano de educación.
Doce hermanas de la Pureza, que ocupan cargos directivos, representaron a los cuatro países en los que estamos presentes en América: Nicaragua, Venezuela, Colombia y Panamá.
La cita fue en Bogotá del 10 al 12 de enero de 2018, y el contenido del Congreso giró en torno al lema “Gestión para el aprendizaje, la innovación y la creatividad”. El propósito del encuentro era repensar y relanzar el papel de la escuela católica de América.
El congreso contó con los aportes de ponentes internacionales
Algunos de los ponentes, especialistas en educación, fueron:
- José Luis Lacunza (Cardenal agustino, Panamá)
- Mariana Maggio (Argentina)
- Rodrigo Alfonso Pimentel (Brasil)
- Augusto Ibáñez (España)
- Isauro Blanco Pedraza (México)
- Carmen Pellicer (España)
- Miguel Barrero (España)
- Alberto Pazos (España)
- Bruno Iriarte (Argentina)
- José Fernando Calderero (España)
- Kevin Baxter (Estados Unidos)
- Ana Julia Suriel (religiosa de la República Dominicana)
- Diego José Díaz (religioso de Colombia)
- Paulo Fossatti (religioso de Brasil)
Entre todos, fueron dando orientaciones sobre el devenir de los colegios más innovadores del mundo y los dinamismos que necesitan nuestros centros educativos para dar respuestas oportunas al mundo actual. Cómo podemos aprovechar las nuevas tecnologías, qué equipos directivos y qué educadores se necesitan, qué hemos de revisar en nuestros Proyectos educativo-pastorales…
En varias ocasiones hicieron alusión a los fundadores de las diferentes Congregaciones. Ellos fueron creativos en innovadores en su tiempo. Eso es lo que hemos de imitar nosotras de Madre Alberta, concretamente. No las formas si no el espíritu con que realizó esa gran obra que hoy sigue en pie buscando los mejores caminos.
Síntesis del congreso
El secretario del Congreso sintetizó la experiencia en tres puntos:
- La realidad del mundo social y digital, que nos interpela e involucra, y la rapidez de los cambios son el reto al que hemos de dar respuesta.
- Innovar, ¿para qué? La búsqueda de una transformación con sentido y significado desde la escuela Católica. La respuesta de la Iglesia es una respuesta de Amor. Es Dios quien actúa y busca siempre la verdad, lo bueno y lo bello para los niños, adolescentes y jóvenes confiados a la Escuela Católica.
- Hemos de concretar pautas y desafíos para hacer realidad el congreso en nuestros contextos. Es indispensable contar con una utopía conectada con el mundo que nos rodea, que vincule a los integrantes de la unidad educativa. El triunfo de la innovación en educación está en la magia de los profesores. Es el talento pedagógico el que facilita el puente entre cada niño y el conocimiento.
Después de esta experiencia, dejémonos llevar por las palabras del Papa Francisco a los educadores católicos: “Vive, ama, sueña, cree”
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