02 Feb XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada
XXV aniversario de la Vida Consagrada
El 2 de febrero la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. El objetivo de este día es ayudar a toda la Iglesia a valorar el testimonio de aquellos que han elegido seguir a Cristo y dedicar su vida a Él.
La comunidad de Granada aprovechó su retiro mensual el sábado 30 de enero para conmemorar esta jornada. Las hermanas oraron juntas y a continuación, tuvieron una sencilla celebración litúrgica donde agradecieron al Señor el don de la Vida Consagrada y renovaron su compromiso de seguir a Cristo pobre, casto y obediente.
Testimonio de Carlota Salleras
Al acercarse la Jornada de la Vida Consagrada, que no es la primera que vivo en la Congregación, pero sí la primera que vivo como religiosa de la Pureza de María, me venía a la cabeza una pregunta: «¿cómo definir la consagración?». Inmediatamente encontré la respuesta en una frase que una vez escuché y no se ha borrado de mi mente, ni de mi corazón: «Sólo se consagra lo que se ofrece».
Y es así, nuestra vida, desde nuestra consagración, es un ofrecimiento continuo al Señor, en la misión que cada día nos encomienda. No podemos dejar de preguntarnos cada día qué es lo que Dios quiere de nosotras hoy. Pero para ofrecernos, debemos vaciarnos de todo aquello que nos impide darnos del todo, debemos «resetearnos» día a día. Así nos revestiremos «de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre y paciencia, aprendiendo a soportar y perdonar mutuamente, y por encima de todo esto, revestirnos del amor, que es el broche de la perfección, sin dejar nunca de ser agradecidas» (Cfr. Col 3, 12-15). Y esta consagración, la debemos renovar cada día.
Gracias Señor, por el don de la Vida Consagrada. Gracias por seguir moviendo corazones que se comprometan a seguirte según los diferentes carismas que hay en la Iglesia. Mi deseo es como el del salmo 85: «Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.»
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